La semana pasada, el presidente Iván Duque había anunciado que el Ministerio de Educación sacaría un decreto para acelerar la convalidación de títulos para profesionales de la salud que se habían formado en el exterior y que no podían ejercer en el país. 


La medida buscaba tener más médicos y profesionales para atender la crisis del coronavirus, que ya ha demostrado en otros países la necesidad de tener una gran capacidad en el sistema de salud, tanto en infraestructura como en insumos médicos  y en personal.

Sin embargo, no habían pasado cuatro días cuando se conoció que el Gobierno nacional se había echado para atrás en esta decisión tras el lobby que hicieron las asociaciones de médicos y facultades de medicina del país.


 Estas emitieron un comunicado conjunto en el que criticaban la “flexibilización” y pedían, como primera medida, emplear a los profesionales formados en Colombia y que se encuentran desocupados.

La discusión sobre la convalidación de títulos en salud obtenidos en el extranjero no es nueva, pero lo que sí es nuevo es la pandemia, algo que no experimentaba el mundo desde hace varias décadas y que ya ha hecho colapsar a varios sistemas de salud.


Así las cosas, hay varios puntos que deben tenerse en cuenta en este debate. Lo primero es que el número de personal médico con que cuenta el país está muy por debajo de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según las cuales los países con ingresos medios/bajos deben tener mínimo 25 médicos por cada 10 mil habitantes. Colombia hoy solo tiene una proporción de 18, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.

Ante esto, las asociaciones de médicos y de facultades les aseguraron a los ministerio de Salud y de Educación que si se emplea a los profesionales desempleados que se formaron en el país, a los estudiantes de medicina que se encuentran en su último año y a los médicos que no fueron elegidos para realizar el año de rural, el país podría tener suficiente personal para atender la emergencia.

El asunto es que esta afirmación puede ser cuestionada. Ni siquiera Italia y España, que cuentan con 41 médicos por cada 10 mil habitantes, han podido sortear la crisis que ha desatado el coronavirus y se han visto en la necesidad de emplear a profesionales extranjeros. 


¿Está Colombia en capacidad de triplicar su personal solo con las alternativas que están planteando las asociaciones? El censo de estos profesionales no es claro, pero es un hecho que solo con ellos no sería posible alcanzar la proporción que hoy tienen Italia y España, y que no ha sido suficiente para enfrentar esta pandemia.

Habría que revisar entonces las experiencias internacionales que se están empleando por estos días. Países como Alemania, Irlanda, Chile, Argentina y España ya aprobaron medidas, mientras que otros como Canadá, Australia, Inglaterra y Brasil se encuentran en proceso. En España, el Gobierno dispuso que se puedan incorporar a los servicios de salud profesionales con títulos extranjeros obtenidos por fuera de la Unión Europea. 


Los doctores que cuentan con el visto bueno del Comité de Evaluación, el órgano asesor que examina sus credenciales, pero que no hayan superado aún el trámite administrativo que se les exige, podrán ser empleados por las comunidades autónomas. Lo mismo ocurre con aquellos que aún tengan pendientes la realización de prácticas requeridas pero que ya han pasado la parte teórica de las pruebas.

De acuerdo con El País de España, el Ministerio de Sanidad les envió a las comunidades los datos de los médicos que cumplen los requisitos para ser contratados y estipuló que los contratos serán de máximo tres meses, con prórrogas por periodos sucesivos iguales al inicial.